El transporte marítimo consta de dos modalidades de envío que se utilizan para transportar mercancías en contenedores, pero con diferentes características. La elección entre LCL y FCL dependerá de factores como el volumen de la carga, el presupuesto, los tiempos de entrega y las necesidades específicas de quien realiza el envío.
Concargo forma parte de tres prestigiosas agrupaciones de Freight Forwarder a nivel mundial. Estas organizaciones reúnen a embarcadores de todo el mundo para formar redes internacionales que optimizan los servicios entregados a los clientes.
Cada remitente utiliza solo una parte del contenedor y, por lo tanto, paga únicamente por el espacio que ocupa. Esta modalidad es adecuada para empresas o personas que necesitan enviar pequeñas cantidades de mercancías y no requieren un contenedor completo. Las cargas se consolidan en el puerto de origen y se desconsolidan en el puerto de destino.
En el transporte FCL, un remitente utiliza un contenedor completo para enviar sus mercancías. En esta modalidad, el contenedor se sella en el puerto de origen y permanece cerrado hasta llegar a su destino final, proporcionando una mayor seguridad a la carga. El tiempo de tránsito tiende a ser más corto que en LCL, ya que no se requieren procesos de consolidación ni desconsolidación. FCL es una opción más idónea para el envío de grandes volúmenes de mercancías o aquellas que requieren un manejo especializado.